miércoles, 8 de abril de 2009

CRONICA DE LA GIRA Nº III





CRONICAS DE LA GIRA

“Recorriendo las Huellas de los Pueblos”

NRO. TERCERO

Republica de Bolivia-Tarija-Camargo-Potosi-Cochabamba

Estas crónicas se escriben en una noche en la ciudad del Alto.

Acá entonces, retomando con la tarea de mi compañero, relator de estas crónicas hasta el momento.

Sobre Tarija, nomás recordar nuestra entrada en el llamado día de comadres. Desfile de cholitas, plaza colmada y, música.

Nuestro viaje continuó, en una mañana, por lo que lleva el nombre de cuesta de Sama. Para quienes no la conocen, una cuesta que pareciera interminablemente larga y que no acabaras nunca de subir. Alta ella. Tuvimos la sensación de que fue la prueba más difícil que soportara la antorcha. El paisaje: inolvidable. Nos sentimos muy orgullosos de que la antorcha nos estuviera conduciendo por esas alturas. Hasta un cóndor pudimos visualizar de cerca.


Una anécdota de aquel momento fue encontrar a una anciana en aquellas terribles alturas, caminando a penas. Cholita. Cansada. Increíble encontrar a un ser humano caminando por allá. Pues esta anciana lo hacía, dirigiéndose a la casa de su única hija. Tuvimos el placer de poder acercarla, kilómetros mas arriba.

Luego la bajada, dispersos poblados, hasta llegar, luego de colorados paisajes, al poblado de Camargo, donde hicimos noche y descansamos hasta donde nos permitió la fiesta que esa noche se realizaba en la posada.

Nuevamente camino jodido nos tocó al retomar la ruta. Ripio, tierra, y esta vez, no la altura, sino la incomodidad del terreno y el polvillo invadiendo nuestra cabina. Pfffff… la sensación de estar perdidos en la nada, jajajja. Y hasta que por fin, encontrar la intersección de la ruta que proviniendo de Villazón, conduce a Potosí, nuestro destino. Altura, recalentamiento del agua del radiador y finalmente... vitalizamos el cerro rico de Potosí. Majestuoso. Entrar por las angostas calles de la ciudad. Carnaval. Frío. Y alojamiento por fin.


Ya Potosí, la primera semana significo esperar que terminaran los festejos del carnaval para poder conseguir que alguien nos recibiera con nuestra propuesta titiritera. Y en la segunda, ahí si, pudimos conseguir funciones: jardin de infantes y prefectura de Potosí.

La antorcha sufrió una suerte de resfrío y al parecer se congeló, por lo que parte de nuestras preocupaciones se enfocaron en procurarle un mecánico, que al fin y al cabo no recetó mas que un empujoncito por las empinadas calles de Potosí. Arrancó la valiente.

Una de las perlas de nuestra estadía fue el encuentro con viajeros y viajeras, intrépidos, arriesgados. Esa confirmación de locos habemos varios por el mundo. Bello eso.

Desde Potosí nos dirigimos a la ciudad de Oruro, donde pasamos un par de días, para reponernos del viaje. Para sorpresa nuestra, se festejaba el aniversario de la fraternidad de La Diablada, y es así que pudimos deleitarnos con una muestra nocturna de la tradicional danza. Diablos, diablezas… chinas diablas, osos.

Y desde Oruro, directito a Cochabamba, donde nos espera nuestro a migo y colega, el Grober. Nuevamente alturas que trepar con nuestro vehículo, luego tierras mas llanas hasta llegar a esas cálidas tierras.


Conocimos allí a esta hermosa familia titiritera. Compartir charlas, sabores y el gusto por el teatro de títeres. Una bella estadía de dos semanas nos retuvo entre ellos y nos permitió sentirnos como en familia en Bolivia. Sentimiento que no nos abandonaría ya más. Y es que cuando vienes viajando de lejos, el sentir la calidez humana de una familia que te brinda lo mas bello que tiene, sus afectos, puede ser lo mas importante que te suceda. Infinito será nuestro sentimiento de gratitud a todos ellos.

Nuestras presentaciones en Cochabamba: Gracias a los títeres El Waki, en la salita del parque vial y el plaza central de la ciudad.

Perlitas: inolvidable la noche de fiesta con la familia e invitados. Según el Grober, no se repiten sino cada cinco años!!!. También para el anecdotario será aquel momento cuando en el momento de realizar nuestro trabajo con Elsa Y Kassandra (nuestras seductoras marionetas bailarinas) empezamos a recibir los insultos del pastor de turno que daba sermones en la plaza: “no vayan donde están esas marionetas del demonio” “el arte no salvara a nadie”… y más. En aquel momento fue con Grober y Sebastián, un tanto ofuscados, se dirigieron donde el pastor a contestar con vehemencia (putiar) al buen pastor insultador de artistas… jajaja, para el recuerdo, si, para el recuerdo aquello.

Gracias títeres el Waqui

Nuestro camino seguír rumbo a la ciudad de La Paz, donde otra amiga y colega nos aguardaba. Y hasta el próximo relato entonces.



Nicolas
Sebastian