martes, 19 de mayo de 2009

CRONICA DE LA GIRA V

CRONICAS DE LA GIRA
“Recorriendo las Huellas de los Pueblos”


Republica de Bolivia- Achacachi, Ajllata, Achocalla y Obrajes

CRÓNICAS DE LA GIRA V

Ciudad de Lima, Republica del Perú.

Bueno aquí estamos nuevamente en el momento de plasmar en palabras algunas de las tantas vivencias maravillosas que hemos pasado en la Bella Bolivia.

Ya estamos en Lima, pero desde la ciudad del Alto hasta aquí han pasado muchas cosas, mucho aprendizaje, muchos kilómetros han pasado por debajo de las ruedas de la Antorchita.


Despacito, despacito acariciada por el viento y bendecida por las lluvias ella va, y nosotros con ella vamos también, dando pasos agigantados de lugares en lugares, y así como ella es. Humilde tierna, fuerte como una madre nos protege, nos lleva pero no solo a nosotros sino también a la familia que vamos construyendo en la gira, por las Huellas de los Pueblos.

A esta altura de haber realizado mas de ocho mil kilómetros y tantos mas, podemos decir que no estamos haciendo esto solos, sino viajamos con muchos y muchos mas que los cincuenta títeres que llevamos. Como nos paso en la gira por el interior de la Rioja, con la queridísima Amandita, o la también amiga Adriana, Ines y el Vícto, Perla. O como también nos paso en Salta con el Luisito, o Andrea. He, también en Jujuy con el Alejandro. Todos se sumaron al itinerario de la Antorcha, todos subieron en ella para ser parte de la gira.

Aquí en Bolivia, también. No fue la acepción.

Pero esta vez fue muy especial, la familia Chambi, del Marco, huy un poncho rojo, su esposa, sus hijos el Tonio, el Rodrigo y el niño que todavía no tenia nombre; además de esa rama de Chambi, se nos sumaba la Giovanna y el Nano. Bueno el Nicolás manejador y yo el copiloto. Partimos hacia Achacachi.

La cosa no estuvo fácil, no no, bastante complicado, ya tarde como para salir, pero con la esperanza bien puesta en que la antorcha arrancara, es que el día anterior había estado muy, pero muy frío, señal que deberíamos empujar.

Las siete de la tarde en la ciudad del Alto, imagen de una negrura noche que va invadiéndolo todo a su paso. El frío espeso va penetrando las ropas de lanas y la invitación a encerrarnos tras las paredes naranjas de ladrillos estaba siendo entregada en los mismísimos cuerpos nuestros, solo nos manteníamos despiertos por el rechinar de nuestros dientes.

Caía una lagrima, y se hacia hielo al instante.

¿Y que hacíamos nosotros?
Empujábamos a la antorcha, si por unas diez cuadras, esperábamos que no sucediera como el día anterior, cuando el Roger de tanto empujar se nos desmayo, si se pego un golpazo; trompa al suelo. Va no sabemos si fue por darle un envioncito a la antorcha o la fama de dandi del compañero. ¡Muchas mujeres! Y se desplomo por el piso.

Pero esa vez contábamos, con fuerza del Marco, la Giovanna, el Jaimillo, Rubén y el Nano que nos hacia renegar.

Una vez…
Otra vez…
Y Otra vez…

La antorcha no arrancaba,
la cosa estaba fulera.
No arrancaba, le dábamos y nada che.
Las gotas de sudor, ya habían colmado nuestros rostros pálidos de frió. Pero bueno no fue en vano; ya que dijimos, bueno antorchita, querida viejita cordobesa, esta es la ultima empujada.

Y que paso?
Aleluya santa antorcha.
¡Arranco! ¡Arranco! ¡Arranco!
¡ARRANCO!
La tres veces Santa, arranco...
Para alegría de los presentes.

Pero esto no quería decir que allí se terminaba todo, no. Nada que ver, allí comenzaba todo. Cargamos con todos los integrantes que faltaban y rumbeamos a la Provincia de Omasuyo, para el lado de Achacachi, muy cerca del Lago sagrado del Titicaca. Unas dos, tres horas de viaje, el camino según los conocedores nos decían que nada de subidas hasta los cóndores, va ya estábamos en el Alti-Plano. Alto como a unos 4000 metros sobre el nivel del Mar, y planito, planito.


Partimos, con música de fondo, escuchando una variada rítmica, Leon, Los Manseros, La Biyuya, y claro las Cumbias Colombianas de la Constanza Prieto.

Las estrellas parecían caerse del cielo, los nevados parecían estar viéndonos pasar y asombrarse de tanta locura andante, la negra noche invadía cada rincón de nuestras miradas. Y la antorcha andando, sin problema.

¿Donde ir?
Achacachi, el pueblo de los ponchos rojos, los rebeldes, los extremistas, los subversivos, los que no les gustan los gringos, los que matan perros y ministros de gobierno. Allí íbamos los zondas sin saber que pasaría.

Volábamos en la camioneta, saltando por las estrellas caídas del firmamento, saltando por las montañas en la oscuridad, mirando un paisaje nocturno precioso, calido tierno, inquieto y desolado.

¿Donde están las personas?
Y mas donde pueden estar sino dentro de sus casas, con el frió estarían mas que congelados si estuvieran por la calle.

Hablando con el Marcos de la música que sonaba en la estanciera, y los chicos que jugaban y el bebe que de vez en cuando murmuraba un llantito, pidiendo leche.
Todos y cada cual disfrutando el viaje
Todos y cada cual aventurándonos aquella experiencia maravillosa de estar en esos eternos y maravillosos momentos.
Cada uno en su mundo, construyendo y destruyendo pensamientos, sueños, iluciones.
Y de repente…

Una bifurcación del Camino.
Pa un lado Copacabana, y pal otro, Achacachi.
Y el después de unos centímetros del paso.

Los inexpertos guías antorchisticos, gritaron al unísono, es para aquel lado…
Para ya…
Hay que doblar, hay que girar, hay que ir para el otro camino.
El conductor, dio un volantazo, rugían los hierros oxidados del la dirección de la camioneta, un silencio invadió el interior de la misma.

La velocidad en la que nos trasladábamos no era la común, la de crucero normal, sino que íbamos como a mas de 400 kilómetros por hora. Las imágenes de las casas que pasábamos solo eran simples sombras del color del arco iris.

Las luces solo destellos.

Y las sombras de los árboles, solo líneas mas negras que la de la noche, se quebraban sus ramas al momento de pasarlos, sus troncos se balanceaban besando el piso.
Una polvadera entremezclada de fuego, humo y polvo se veía en la parte posterior de la Estanciera.

Así que imaginante…
A esa inigualable velocidad. Doblar.
Todos nos amontonamos pa un lado, montoncitos de Chambas en un costado. Heeeeeeee decían todos, heee repetían todos.

Heeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!
Yaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Y la camioneta fantástica quedo en una sola rueda, parecía una perfecta equilibrista, nuestras caras aplastadas contra los cristales, deformadas. Espectros tétricos de un susto inigualable.

Hasta que solo la Elsa y la Kasandra nos pudieron salvar. Si ellas solitas pudieron equilibrar a la inercia, solo ellas con su gran generosidad marionetil, pudieron darle el equilibrio que nos faltaba para que no volcáramos.

Nos salvamos por las Tetas. (*)


Y así luego del suspenso en una rueda, la Antorchita calmo sus ansias de velocidad. Bajo a sus normales 80 kilómetros, así pudimos llegar Achacachi.
Tarde, por la noche y nocturna oscuridad. Frio. Llegamos, sanos y salvos todos.
El recibiemiento del pueblo, fue espectacular, esquivamos una tranca policial que queda en la entrada y derecho, derecho le dimos.

Pasamos por la plaza principal, los resabios de una gran feria estaban allí desparramados por el piso, de vez en cuando una figura que parecía ser humana resplandecía la soledad nocturna, tambaleándose de un extremo de la calle hasta otro.

La arquitectura, una mezcla de vivencias y culturas. Momentos históricos mezclados en sus edificaciones. Difícil de describir, casas altas, casas bajas, de colores fuertes y otras de colores claros. Adobe, ladrillo sapo, tejas o chapas también. Algunas muy modernas, y otras muy viejas como si hubieran quedado así congeladas desde la época de la colonia.

Achacachi, pueblo de los ponchos rojos, valientes, vengativos, tímidos, bellos, carismáticos, con facciones que no son las mismas que la mayorías Aymaras, personas especiales, orgullosas de su origen.

Tan temidos, que el gobierno años atrás les puso en el medio del pueblo una guarnición de Milicos. En la entrada una semejante barrera con unos cuantos policías para ver quien sale y quien entra, y el porque de su visita a este pueblo guerrero.


Miren cual es la premisa del pueblo, cuando luego de chupar unas cervezas estos quieren tomar el Cuartel y hacerse de las armas y echar a los soldados. Por ejemplo una historia es que a la entrada hay una gran cerro, y en tiempo de levantamiento en defensa del Evo Morales, las comunidades originarias crearon allí su cuartel general, lo fortificaron y desde allí tenían su comando de operaciones, lo chistoso fue que los soldados se acuartelaron y tenían mucho miedo que invadan el cuartel.


Otra por ejemplo es que en Bolivia el servicio militar es obligatorio todavía, entonces cuando una achacacheño debe hacer la colimba, este por el honor del pueblo y para que lo respeten como igual, se tiene que robar un fusil de los milicos. Bueno muchas veces caen al calabozo, pero luego el pueblos los festeja con una gran comilona. Son increíbles.

Unos de los pilares mas importantes del Evo, muy revolucionarios combativos y de armas tomar, los achacacheños. Allí haríamos funciones, presentaciones de fuego en el hermoso lugar.


Muchas funciones en muchas escuelas.

Comenzamos con el colegio Mariscal Santa Cruz, más de setecientos alumnos, funciones a granel y artos chicos y chicas. Impresionantes, increíbles. Todos sentaditos y bueno con la participación de la Giovanna Chambi, titiritera de pura sepa, nos mandamos a comenzar la gran y espectacular jornada.

El Sultan Fernando Nanito Chambi, nos ayudaba también, en una parte el Rodrigo y el Tonio, allí estaban dándonos todas las manos posible, y nosotros titiritiando. Muy cansados, pero felices, contentos. Muy buena la recepción de las funciones. Famosos nos íbamos haciendo, los niños o las niñas nos saludaban en la calle.

¡¡¡Titiriteros!!!


Hasta terminar y poder ir a descansar.
Y una noche, de las tantas que llegamos exhaustos de tanto andar, un paso se escucho en la escalera. Una sombra. El hombre de traje Azur.

Una voz.
Un golpe.
Y otra vos.

¡Se puede!
Y el silencio invadió la habitación, el temor se sintió en nuestra piel, los bellos de las manos se erizaron.

¿Un condenado?
Un hombre que había vuelto de la muerte porque tenía cuestiones pendientes en vida que resolver…
La mama Chambi nos había dicho en Achacachi todo es posible, hay condenados, hay Cati-Cati. Hay lagos encantados. Hay energías ancestrales, que lo hacen así. Mistico.


¿Que era eso? ¿Quien era ese?

Hasta que se asomo, su rostro desfigurado, sus ojos parecían los de las chinas supay, sus pelos, no estaba en el lugar que deberían estar.

El movimiento de sus pasos y la sombra de su proyección intimidaba.

Hasta que nos miro fijamente a los ojos y quedamos hipnotizados con la fuerza sobrenatural de su observancia.

Y nos hablo…

¡Hey chicos, traje algo para brindar! ¡Tomemos un poco!
Yo estoy borracho, pero feliz de que estén aquí.

El Marcos, era que venia de una fiesta aniversario del pueblo de Ajllata, donde es maestro de la escuela.

Y así nos machamos con el, un aguante la verdad que envidiable, sacamos la guitarra, y al canto de chacareras, zambas, y vidalas nos pusimos a beber los minutos de la noche.

Nos tomamos todo, un singani, bebida blanca, digan que llego la esposa del Marco, que nos salvo de la botella de vino tinto en cajita made in Argentina que había traído el Amigazzo, sino todavía tendríamos resaca.


Lo vino a buscar con una escoba.
¡¡Estas no son horas para seguir chupando, mañana tenes que ir a la escuela, y los chicos deben hacer funciones!!

Así que se termino la tomada, la guitarra entro solita a su estuche, y no se escucho ni un ronquido. La Giobiss, corrio al Nanito y se recostó despacito despacito, Nosotros sin hacer el mas mínimo de los murmullos nos recostamos también


Y a la mañana siguiente…

El Tonio, de cuatro añitos, decía:- ¡Mami, tan mal los títeres del chonda!
No hablan! ¡Tan mal los chonda!


Nicolás no podía con su vida, y teníamos que ir a la escuela del Marcos, así que nos aprontamos a comprarle alguito pa la resaca. Tomo su te, y comió sus frutas, se recostó un ratico mas para recuperarse un poco.

Desde la escuela nos llamaban y nos decían, venga ya que los pofres están curándose de la borrachera y no pueden dar clases, vengan hacer función.

Así que bueno tomamos fuerzas de las montañas y salimos, hasta Ajllata, un pueblo que esta frente al Lago Titicaca, maravilloso hermoso, increíble.

Nos esperaban con almuerzo, un pescado muy rico, pero muy fiero de cara, que es de la zona, una sopa, para ir curándose de la enfermedad del alcohol. Preparamos todo para la función y el capisimo del Director de la escuela, nos dice:


:- Amigos, estamos en la dirección, si quieren ir a curarse, que estamos haciendo una pasadita de cerveza!!

Al parecer toda la escuela esta en pedo, la fiesta del día anterior, había sido presenciada y auspiciada por todos.


No le dijimos, mas tarde, puede ser, es que sino no vamos a poder hacer la función. Así que comenzamos, muy buena presentación, los niños y niñas muy especiales, muy tímidos, muy en sus mundos, pero muy curiosos.

Bella, muy bella función.


Terminamos siendo invitados por las autoridades originarias a comer lo que le llaman una fiambrada. Sobre el aguayo, se coloca maíz, papa, chuñio, y unas salsas en unas cuencas de barro, con carne, que puede ser de pollo, chancho.

Y así uno come un poquito de todo, con la mano, en redondo, y compartiendo comida con dialogo, con miradas, con risas. Muy lindo. Allí estaba una autoridad con su poncho rojo, y su chicote símbolo de su puesto en la comunidad, con su esposa una cholita a su lado.


Es increíble, cuando una persona es elegida autoridad por sus años, su actuar en la comunidad, su experiencia, ocupa el cargo, que es de mucho honor entre sus pares, y su esposa también adquiere el mismo rango social, además a todo evento debe ir con ella. En el caso de que no fuera así este carece de legitimidad en sus acciones y para todo necesita la aprobación de su esposa.

¿Que les parece? Esto es para las chicas de la Juana miren que bien.


Y así recorrimos las maravillas del paisaje de Ajllata, entre tanta hermosura vimos una pequeña parte del festejo que seguía del día anterior, hombres cantando y bailando al sonido de los vientos, danzas comunitarias. Y las señoras sentadas en el piso compartiendo un gran almuerzo.


Nos sentamos ¿y que puede haber ocurrido?
Una cholita, con sus tantos años, que en sus manos reflejaban la dureza de la vida, nos invita con un plato de rica comida, que no pudimos despreciar. Alguna devolución hay que hacerle a esta gente nos miramos y nos dijimos.

Así que fuimos a buscar nuestros títeres cholitos, y dieron un mini espectáculo a las señoras allí presentes, sorprenderte, inimaginables las reacciones de esas señoras. Algunas tímidamente, mostraban unas sonrisas y otras muy asustadas, nos decían en Aymara:-¡¡No que debo regresar muy de noche a mi casa y me asustan!!

Así fue, y quedara impregnado en nuestros pequeños corazones como así también en los grandes corazones de todas esas hermosas personas.


ACHACACHI, lugar de hombres y mujeres luchadoras, ACHACACHI, ensueño de montañas y el Lago encantado. ACHACACHI donde viven los amigos.


Y así, y así volvimos a desandar lo andado.

Regresamos a la Ciudad del Alto, pero bueno, allí mas experiencias. Funciones y salidas nocturnas.


¿Que quieren saber sobre las funciones?
O
¿Las salida nocturna?

Bueno fue función también esa salida nocturna, fuimos a un barcito en el barrio de la Cárcel San Pedro, famosa por sus recorridos turísticos, no fuera de ella, sino que dentro.


No tuvimos el privilegio de ir, pero si estuvimos en las adyacencias de la misma, fuimos hacer una función en un bar.

Allí con la Caraberas a la música de la Biyuya, y con los Cholos al canto de la linda vos de la Giobis, y el Nicolas. Claro que sin olvidar de la Danza de la Elsa y la Kasandra, nos ganamos los aplausos de los presentes.


He, me olvidaba de la Dora, he si la lectora del Tarot, impresionante, la gente pedía mas y mas, lectura de las cartas egipcias, pero bueno como la Dora es una diva, y las divas están muy ocupadas con sus amoríos, no pudo ser.


Pero a los tres que les leyó las cartas, quedaron con dudas y luego preguntaban al titiritero, que este como bien desconocido de las cosas no supo ampliarles del tema.

:-Pregúntenle a la TravaDora, yo no se leyer tarot egipcio.

Para ir culminando con esta crónica andariega, no puedo dejar de contarles que bueno, además de hacer funciones en la calle, realizamos unas muy especiales por ejemplo en la cárcel de mujeres de Obrajes.


Nos invito la gran Hormiga, la Alejandra, he que linda y bella amiga, durante estos caminos que una anda, conoce mucha gente, hermosa, y ella es una de ellas. Trabaja en derechos humanos del Congreso de Bolivia. Y ella viene realizando unos trabajos en las cárceles de Mujeres así que nos invito hacer una función allí.

Nunca por hechos propios o ajenos estuvimos en una cárcel, pero esa ves bueno fue la primera, y la verdad que fue muy interesante, sacamos de la cotidianidad constante a esas mujeres por lo menos unas horas.


Allí no solamente están las mujeres, sino que también están sus hijos, y no son pocos, sino que son muchos, y muchos mas de los que uno se puede imaginar. Salen de la cárcel los wawas, al jardín o a la escuela y luego regresan.

Y allí están encerrados como sus madres. Entonces en el marco del mes del día del niño fuimos nosotros mas un grupo de músicos alegrarlos un poco.

Tuvo bueno, los niños y las niñas felices, y sus mamas también. Todas hartas tejedoras, allí las señoras meta aguja, y aguja, con sus tejidos y sus lanas, una producción artesanal de ropas.

No pudimos registrar mediante fotos ya que los de la entrada no nos dejaron pasar con la maquina, nos la retuvieron mientras estábamos allí. Nada de fotos.

Unas experiencias muy cómicas nos sucedieron que valga escribirlas para compartirlas con todos ustedes. Por ejemplo con la caserita cafetera. Una Cambita, la chica unos treinta añitos mas o menos debe tener, y vendía tortas y café.

Estaba un poco enojada con la Alejandra, ya que ella había llevado chocolate para repartir y torta entre la gente, y la caserita le decía que le venia arruinar el negocio. Por eso estaba enojada.


Pero bueno nos pudo vender a nosotros unos cafecitos y unas tortas entonces como que se le paso un poco, y entre café y torta, la caserita nos decía :-No trajeron cerveza, he se las compro, aquí no podemos tomar, y daría cualquier cosa por una cerveza. Che la próxima traigan una que se las pago muy bien.

La otra anécdota me toco a mi en particular con una señorota, grandota, grandota, grandota, cuando salimos con las marionetas, los que nos vieron saben que la sacamos por el publico, y las acercamos a las personas, les bailamos, los acariciamos, y todo lo particular y general del espectáculo ese.

Salí, despacio hasta la gente todas las señoras tejiendo, sonreían, y acariciaban las manos y las caras de las marionetas, como así también alguna se animaba a darles un beso, muy tímidamente.

Y de repente veo una gran mole, una señora impresionante, sus cabellos, largos y sus manos gigantes, y sus pies, y llevaba puesto un gran delantal también inmenso, me dirijo a ella, voy a subir la marioneta para que la salude.


Y que…
La señora me vio, tan feo, pero tan feo, que tuve miedo, y automáticamente la baje me ice el distraído y seguí mi camino, dejándole el de ella también libre. Fue uno de los momentos que en mis entrañas sentí el temor de que me cortaba los hilos de la Elsa.

Si no te imaginas, lo que fue, yo me había hecho ya la película ver a la Elsa, mi marioneta tirada en el piso, con un pie sobre la cartapesta y la gorda saltando sobre ella.

Noooooooooooo
Preferí la cobardía para durar otra batalla, y arrugue si, pero todavía la Elsa sigue bailando.


No voy buchoniar lo que me contó la Hormiga sobre esta señora, ya que porai puede ser la esposa de alguien que recibe las crónicas, va ya difunto a esta altura; pero si que tenia antecedentes de ser una señora Violenta.

Safamos, la Elsa y Yo de la gorda asesina.


Y la ultima de la cárcel, esta fue con todos ya habíamos terminado la función, de repartir juguetes a las wawas, y de repartir también el chocolate que había sobrado, y nos disponíamos a partir.

Estábamos el Nicolás, Gionaba, Alejandra y Yo, fuimos a la salida que esta custodiada por personal de la penitenciaria, en este caso era una femenina, caucásica de metro setenta, tez morena, ojos oscuros saltones, y le decíamos, nos vamos, entregue la cámara y los documentos así salimos.

Y que había otra mas, una señorita allí, que dice, bueno yo también pertenezco al elenco, y me voy con ellos.

Y la femenina de la penitenciaria, decía vos, vos no te hagas la viva, vos tenes que quedarte aquí.

Y esta decía:- No yo no ve soy del grupo, soy una marioneta que se están olvidando los chicos, déjeme ir.

JA JA sos chistosa, he.


Y nosotros le decíamos si mira nos olvidábamos una marioneta, he déjela salir.

Así fue la experiencia en la Cárcel de Obraje, interesante, impresionante, y de mucho aprendizaje por parte nuestra.

Bueno, tendríamos para seguir escribiendo mucho mas sobre Bolivia y tantos y muchas vivencias que cansaríamos la verdad, y pues por esto Vale, hemos de terminar aquí para algún día poder ampliarlas tal vez.


Ahora estamos en la ciudad de Lima, Perú, extrañando la Paz, los Chambis, a Alejandra la Hormiga, La Lea, el Uruguayo que nos regalo una bombilla para el mate del centro cultural de Sopocachi, el Huguito, la caserita de la esquina, la Ceja, el camino Viacha y las tantas gentes hermosas que hemos conocido por allí, pero bueno es momento de continuar el viaje y seguir haciendo familia, quien sabe que nos deparara el destino.


Pero lo que va hasta el momento seguro que cosas muy bellas, con gente hermana y hermanos del camino de la bella Latinoamérica.

Abrazos y besos para todos y para todas ustedes
Millones de sonrisas multicolores y a seguir en la lucha, hasta la victoria siempre!!!

Notas:
(*) - Perdon por el bocavulario Vulgar, pero fue el puro reflejo de la verdad.
Sebastián y Nicolás
Títeres del Zonda