martes, 26 de octubre de 2010

Crónica de la Gira Nº XI, Brasil Parte II, la música de los encuentros.

Crónica de la Gira Nº XI

“Por las huellas de los pueblos”

Brasil Parte II, la música de los encuentros.

Ciudad de Asunción Republica del Paraguay, 26 de Octubre de 2010.

Aquí nos encontramos dibujando nuestra America, como nos dice el Néstor; han pintado el corazón de Sudamérica, en su recorrido.

Tantas vivencias, tantos aprendizajes, tantos kilómetros, tantas funciones.
Tantas sonrisas.
Pero nunca solos en estos senderos, siempre cuidados, acompañados, acariciados por las manos del pueblo, por las manos de los hermanos y las hermanas que nos saben acobijar entre sus palabras convertidas en poesías para nuestros ya cansados espíritus trashumantes.

Y de repente, una chispa encendió un fuego.
Y de repente, una sonrisa encendió una carcajada.
Y de repente, un pensamiento encendió una esperanza.
Y una esperanza, encendió un sueño.

Que ya no es solo nuestro sueño, sino que es un sueño de todos y todas, de los que muchas veces no tenemos voz, los que muchas veces no nos animamos andar, los que muchas veces nos perdemos en los caminos de tormentas.
Soñamos viviendo, curtiendo la esperanza, la lucha, la resistencia, somos fuertes, somos muchos e importantes. 

Y así andamos desperdigados por los vientos construyendo verdaderas revoluciones que pasan desapercibidas en los ojos de los opresores, pero que para todos y todas son el agua de nuestra sed de cambios.
Pequeños, ínfimos, pero grandiosos momentos que nos forjan los espíritus y los puños para que sigan en alto, diciendo aquí estamos y existimos.

Paraguay en ebullición nos ha impregnado de brisas que arrasan los pensamientos, un país que se mueve, un país en plena juventud, un país que después de tantos horrores esta tratando de despertar.

¿Y donde más podemos estar nosotros?
Si no es en el Bañado Sur donde aquellos que tienen menos que menos, que menos de los menos, nos reciben con sus brazos abiertos, las sonrisas en sus caras. Y nos hacen continuar.

Pero esto, viene después de Brasil SEGUNDA parte, falta falta menos que antes, como dice una amiga, “Estamos mas cerca”

EL CAMINO DE CAMINOS:

Y así andábamos nomás.
Un muelle roto.
El alternador medio mal.
un destino incierto, con solo Diez reales en el Bolsillo.

Pero…

Con el tanque lleno.
Una llamada, una vos en el teléfono. Praia Do Forte, al norte de Salvador, estado de Bahía, Republica Federativa del Brasil.

Y así…
Vamos nomás.
De repente, un edificio, otro edificio, otro y otro, y mas otro, así multiplicándose por muchas cifras de edificios, y elevados a las potencias de edificios, y cada vez mas edificios.

Millones de millones de edificios, un edificio sobre otro edificio, una calle, sobre otra calle. Una avenida cercada, encerrada por otra, se multiplicaban de forma tal que siempre terminábamos en el mismo lugar.

Autopista por acá. Autopista por allá.
Un infierno.
Un verdadero infierno al mejor estilo de Benedicto, con todos los condimentos habidos y por haber.

Una ciudad que de chiquitita no tenía nada en absoluto. Terrible, espantosamente gigantesca, la antorchita no entendía nada, y nosotros menos que menos.
¿Qué por aquí, que por haya?,
que bajan el puente, que suben la rampa, que pasan el túnel, que pregunten allí.

¿Dónde estábamos?
Salvador, que mas que salvados estábamos atrapados, en semejante ciudad, pero así es Brasil, sus ciudades son inmensas como lo es de territorio.
Y de repente, una encrucijada,
¿Para acá?
¿O para allá?
¿Donde ir, es la cuestión?
Quedamos en el medio, frente a la baranda, para un lado un camino, y para el otro otro camino.
¿Cuál seguir?
La CAMIONETA se nos empaco. Mientras tanto estábamos en el medio mismo, autos por un lado, por el otro.
Una voz ya conocida salio desde lo mas profundo del motor de la estaciera: Hasta aquí nomás muchachos, decídanse que nos vamos hacer puré. Yo me paro, soy la mas vieja del equipo, con la experiencia les digo, déjense de discutir, ando renga con un muelle rotico, y ustedes no saben para donde diablos ir.

De un lado autos que tocaban bocina, del otro también tocando más bocinas, parecían conciertos de bocinas para dos pelotudos perdidos en Bahia.
Nuestras caras por la ventanita de la antorcha lo decían todo.
Perdidazos, en sima en el horario pico.
De no creer, pero así estábamos. Momento especial, crucial, verdaderamente emotivo. Más perdidos que el mismísimo Cristobita Colon, en la india.

¿Y como caranchos salimos de allí?
Salir salimos, porque ahora estamos en Paraguay, sino fuera por un hombre que se apiado de nosotros y nos dijo.

¿Dónde quieren ir?
Bueno síganme que les indico el camino, no sabemos si fue un ángel, pero a esta altura todo es posible. Su auto era blanco, su cabello también blanco, con una voz profunda, armoniosa. Sus ojos brillaban más que las estrellas, su rostro levemente iluminado por un aura muy especial.
Ustedes saquen sus propias conclusiones, eso si no le vimos alitas ni plumas.
Y así fue que llegamos a la Praia Do Forte.

HOMBRES Y MUJERES EN EL JARDIN DE LAS FICCIONES:

Hay lugares muy bellos, donde el mar acaricias las costas de una manera especial, donde las estrellas parpadean al compás de los trinos de un canto de ballenas. Donde el mato descansa por sobre la brisa fresca que remolinea por sobre las olas.

Hay lugares especiales, donde las tartarugas deciden procrear, donde las ballenas cantan.

Donde…
Donde…
Donde…

Donde el sistema se quiere apoderar, donde las superficialidades se hacen presente. Donde las mujeres y los hombres en vez de despojarse de sus miedos, de sus prejuicios, de sus ambiciones materiales.
Salen con mucho mas fuerzas sus egoísmos, sus individualidades, sus ambiciones y construyen una villa…
Donde, solo se es por lo que se tiene, o se aparenta tener.

Con casas bellas. Con hogares confortables. Con autos últimos modelos. Con dinero en sus bolsillos.
¿Pero acoso es eso los que nos hace felices?
Así es la libertad…
UNO debe elegir

El libre albedrío del como vivir, del como ser.
De andar cubierto con todas las mascaras habidas y por haber.
O
De andar con la piel desnuda reflejando el verdadero ser.
Uno decide en su andar.

La seducción es muy fuerte, la vista es muy tentadora a las bellezas superficiales. Pero solo es cáscara de la humanidad muerta.
Así es Praia Do Forte, una aldea maldita desde su nacimiento, condenada o tal vez premiada por el terrible capitalismo devorador de todos los sueños.
Con el tiempo, con el estar, con el saludar, con el mirar a la cara. Con el encontrarse,
la gente se VE…
Se encuentra con aQuellos y aQuellas que sus corazones no han sido envenados por el individualismo, sino con aquellos y aquellas personas que destruyen estigmas, y construyen amistades.

Los demás siguen haciendo cara de ver paisajes, mientras sus vidas se desvanecen en mínimas banalidades consumistas.

Así son los caminos que uno transita, son muchos y variados. Cortos largos, angostos, pobres, ricos, desolados, tristes, felices, dichosos, amargos, dulces, sabrosos, opulentos, ambiciosos, individuales o colectivos.
Son los caminos que están frente a nuestros pasos, en la hermosa LiVErtA.
Uno decide.
¿VOS por cual vas?

LA CASA DE FARINHA:

Y si uno se queda, el tiempo hace su trabajo lentamente, se perciben las cosas simples, las manos se encuentran, las palabras salen tiernamente de los labios. Se curan las soledades, se cicatrizan las heridas del estar, se comparte un pan, un pez, una mandioca, un vaso de agua, una sonrisa.

Así como cual Moisés, abrió los mares, el teatro, los títeres, el arte, nos abrieron el mato, para reposar en una casa comunitaria de harina de mandioca, entre su horno, entre sus palas, su aroma a tierra templada.
Compartiendo lo poco en plena sinceridad.

Con función y todo, el Ladrón de Flores, haciendo de las suyas, las caras de ver títeres con Elsa y Kassandra bailando con el padre de la Rosa, un joven hombre de 84 años que toda su vida fue un campesino que en sus manos cayosas esta el reflejo de toda su vida

Ustedes son unos malucos de verdad, esta función jamás la vamos a olvidar. Nos decían los demás malucos y malucas, y sus hijos maluquitos.

LA TRIBU DO SOL:

Ya vamos terminando esta gira, ya son varios kilómetros los recorridos, varios los amigos que supimos conseguir.
Pero no todos son amigos o amigas nuevas, sino que hay amigas viejas, jóvenes en edades, pero viajas amistades que se llevan muy dentro, así es que nos encontramos con mas arrugas, con mas experiencias, con mas vivencias, con ellas.

Las musas de la tribu do Sol, Ivana, y la Eli, viviendo en un paraíso, en plena comunidad construyendo su historia. Eligieron su camino, de un lado ven como amanece desde el mar, del otro ven como en el atardecer el sol es devorado por sobre el río.

Las aguas saladas y dulces besan sus pieles, besan sus pensamientos sus sueños vuelan en las noches de estrellas, con las brisas frescas que danzan entre sus manos.
Entre sus músicas que nos hacen vibrar los latidos.


CUANDO NO ES NO ES:

Cuando no es no es, cuando una gallina te orina, cuando un elefante te hace popo, cuando un gorrión te bombardea con su diarrea.

Son señales,
no son simples acciones intestinales de animalitos salvajes, sino que son señales que anuncian que se vienen tiempos difíciles…

Así fue que una gallina nos meo, un elefante nos cago, y un gorrioncito nos ensucio la única remera blanca que teníamos en el viaje.

¿Casualidad?
¿Quien sabe?, pero que se nos vino la racha, se nos vino.
Así es la vida del artista itinerante, hay lugares que te va de diez puntos para arriba y hay lugares que hasta se te rompe una heladera al querer descongelarla.

en esa estábamos nosotros.
Preparamos el teatro en la calle, con luces, sonido, todo. Los títeres en su lugar dispuestos a salir, las marionetas impecables, hasta habían planchado sus vestidos, lustrados sus joyas, pintado sus uñas.

¿Y que paso?
Nada, no había público.
Bueno si el publico no esta en esa calle, vamos donde lo hay, con los únicos treinta reales que teníamos salimos.
Quince reales para ir.
Quince reales para Volver.

En el Peluriño corazón histórico de la ciudad de Salvador Bahia. maravilloso, hermosos edificios antiguos, impresionantes, delicada arquitectura colonial.

¿Pero las personas?
Mas vale perderlas que encontrarlas, todos miraban y justo, justo al momento de hacer unos de los actos mas importante para el artista callejero, la bien llamada “Gorra” Salían inmediatamente proyectados hacia todas partes menos hacia donde estaba el sombrero de los titiriteros.

Lamentable, pero que coincidencia, que en la mayoría de los casos el publico en cuestión, se trataba de turistas, pero no de turistas comunes. Sino de “Turistas argentinos”. Es para reír, sino seria mejor desnaturalizarse (Lo estamos pensando de verdad)

Compartiendo el espacio con una estatua viviente, que en sus momentos de relajación nos invitaba una cerveza y nos decía
¡Si los argentinos, son así ché!

Pero todo bien, a no desesperar, ya vendrán los que valoran el trabajo del artista callejero, así fue que nos quedamos y nos seguimos quedando.
Las horas pasaron y pasaron.

Y NADA…
Como dice el tango, Volver con la frente marchita, sin ni siquiera poder recuperar los quince reales pa regresar. Una verdadera pena, pero con el corazón latiendo muy alto, los ánimos también mas arriba que las estrellas. Salimos hacia la terminal a tomar el colectivo que nos llevaba desde la ciudad de Salvador, hacia donde estábamos viviendo a unos setenta kilómetros.

Podríamos estar peor, nos decíamos, podríamos no se perder el último colectivo, podríamos estar viviendo como los hermanos que duermen en la calle. Podríamos estar sin un real en el bolsillo.
¿Qué peor que eso?
Llegamos a las seis y uno minuto de la tarde a la terminal, ventanilla azul, la línea Verde.
DOS PASAJES hasta Praia Do Forte.
No hay mas colectivos el ultimo acaba de salir a las seis de la tarde.
Nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
Noooooooooooooooooooo
Noooooooooooo
Noooooo
No
Fue así que nos tuvimos que quedar a dormir en la terminal.
Colorín colorado, y la mala racha ha terminado.

LAS BALLENAS Y LAS TORTUGAS NOS SALVARON:

Después de tan mala racha, con el orín de la gallina, el popo del elefante, la diarrea del gorrión, se fueron desvaneciendo lentamente las nauseabundas fragancias. El sol fue saliendo, la gente nos fue conociendo. Primero fueron los cantos de las ballenas las que nos tendieron una gran mano, el Instituto Ballena Jubarte, los amigos y las amigas que nos abrieron las puertas de la institución organizando funciones, presentaciones.

Eso que asistimos con ellos a ver la triste historia del partido del mundial cuando Brasil quedo eliminado de la copa.
¡Mañana los queremos ver con la misma sonrisa hermanos para la presentación!
Vale la pena aclarar que por la tarde teníamos la función y por la mañana, Argentina jugaba contra Alemania.
Terrible goleada alemana, he interminables cargadas, pero salio de mas, Mazzza como dicen en la tierra de Pele.

Luego que las ballenas nos salvaron, por intermedio de INSTITUTO y toda su gente, se nos aparecieron las tortugas del Proyecto TAMAR.

Así que acuerdo, y funciones. Reales para el viaje, arreglo del muelle de la antorcha, pudimos salir, reparación de la heladera, saluditos y besitos a la amiga Gabriela que nos aguanto en su casita del barrio de los artistas partimos rumbo al Sur.

UN ENCUENTRO MUY ESPECIAL:

Cruzando la Bahía, frente a la ciudad de Salvador en un ferri subimos la antorcha, recorrimos kilómetros y kilómetros y más kilómetros para llegar hasta ITACARE, un pueblo de pescadores, gente de mar.
Dándonos la vida que uno merece, panza al sol tomando agua de coco, refrescandonos con el agua de las olas que rompen en las piedras de una playa escondida, apareció…

Pensábamos que era la Ventolera, pero no no fue ella.
¿Argentinos?
Pues si,
A yo ser Argentina.
Charla, y charla, café por medio, microbio que hinchaba los quinotos también, nos conocimos con la Caro artesana, que estaba varada en ese pueblito hacia mas de seis meses.

¡Y mira!, se puede hacer la guita para comer, pero para volver esta difícil. No llego, la cosa esta complicada. La verdad que tengo una cosilla sentimental que me esta llamando en San Martín de los Andes, y quiero regresar.

Nos miramos los tres, (Nicolas, Sebastian y la Camioneta)
¿Y porque no?
Esta Carola es una maluca viajera como nosotros, porque no la llevamos, le hacemos un aventón.
Vamos hasta una ciudad muy cerca que se llama Eunapolis, y después nos vamos hasta las megas ciudades de Río de Janeiro, y Sao Paulo, en términos antorchisticos, serán como tres cuatro días de viaje, como unos 1.500,00 kilómetros.

¿Usted que dice Carola?
¿Se Prende?
¿Se animara Carola a subir a la antorcha?
¿La antorcha la aceptara a Carola?
¿Carola tendrá que empujar a la antorcha?
Vos si fueras Carola, 
¿que decidirías?
Si volver seria un tema de puro sentimiento, de atracción fatal, de corazón sentimental.
¿Te subirías a la antorcha?

VIOLA DO BOLSO, la música de los Encuentros:

La gente se encuentra. Cuando esos encuentros comienzan con lindas casualidades, las amistades que se van forjando se templan con admiración, sencillez, que hacen que todos los momentos venideros sean fuertes, dulces, de mucho aprender y compartir.

Es difícil recibir en la casa de uno a un desconocido, pero más si son dos desconocidos. Mucho más difícil si andan en una camioneta modelo 1965, y mucho más difícil si son artistas titiriteros trashumantes.

Es jugado, es una caja de Pandora, esta llena de cosas como ese carromato en el que andan, con sus leyendas a sus costados, “Títeres del Zonda”.

¿Quién serán estos mininos?
¿Cómo serán?
¿Habrán salido? ¿Ya estarán por llegar?
¿Serán buena gente?
Por las fotos, parecen. No se, decía la Joesia.
¿Qué dicen ustedes, los recibimos?
Vemos…
Sumario, salgamos a la vereda a ver que ya deben estar por llegar los muchachos.

De repente frente a la plaza, una antigüedad se detiene en una esquina en el mismo momento que de una casa cultural salen tres personajes de película.
SUMARIO
ANSELMO
MARQUIÑO
Heeeee, los muchachos.

Fue así en el mismo momento que nosotros llegamos, los amigos de Viola Do Bolso, salieron a la vereda a ver si estábamos llegando.
Comenzamos así, se imaginan como terminamos.

Bueno nosotros no somos muy cuantitativos, pero aquí si lo fuimos por los más de ochocientos niños y niñas que asistieron a vernos.

Cada función, cada sonrisa, cada mirada, era muy especial, muy tierna, muy trascendental, muy emotiva, de mucha sensibilidad. Un público que nos brindaba todos sus sentimientos y nosotros nuestro arte, mediante el cual nos unimos en un festejo de sonrisas y alegrías compartidas.

La ultima función, la sala completamente llena, los chicos especiales, con algunas dificultades motrices estaban delante, los demás todos mezclados. Un día especial, ya que seria la ultima presentación en la Ciudad, nadie se la quería perder, habían venido de las escuelas municipales de la periferia, habían venido de una escuela de niños con capacidades especiales, habían venido niños de un hogar de huérfanos.

Todos juntos, mezclados, nerviosos, atentos, pero por sobre todas las cosas predispuestos a ver teatro, y teatro de títeres.
Muchas emociones, muchos aplausos, muchas lagrimas.

EL COMPARTIR UN APLAUSO:

Gritos y mas gritos, sonrisas, carcajadas; caras de ver títeres. El cartel del Fin, el beso en los labios de Don Arturo con Doña Rosita.
Los aplausos.

La danza de Elsa y Kassandra, moviendo sus caderas al compás de un derbaque, acariciando al público, agradeciéndoles por tanto cariño, por tanto amor. Las miradas iluminadas de las personas, la delicadeza en sus manos al querer tocarlas, los besos tiernos en la cabeza de papel.

Lo transforman todo.
La magia del arte, nos lleva a lugares lejanos, nos traslada hacia la ciudad de las mil y una noches. Danzamos todos juntos a través de los sueños y es allí en esos instantes donde el tiempo detiene su tiempo.

Las diversidades nos hacen mas iguales que nunca.
Las limitaciones físicas desaparecen.
Las discapacidades se evaporan como cuales nubes frente al sol.
Y una pequeña niña de ojos de mar, se levanta de su silla con ruedas, mueve sus manitos aplaudiendo, y nos abraza el espíritu.
Nosotros no hacemos magia, ni tampoco somos capaces de hacerla. Pero si la compartimos con aquellos que también la llevan en sus latidos.

EL DEBATE DE LOS DEBATES:

Función tranquila, normal, el público especial como todos, niños y niñas de edades diversas, de entre cuatro y doce años. Maravillosos.

Bueno, ya chiquitos a sus escuelitas, a sus aulas, que los entretengan las señoritas maestras, le pasamos la posta.

¿Pero que aconteció? El colectivo escolar, estaba con otro grupo, y se demoraría alrededor de media hora, cuarenta minutos en volver por una jauría de niños y niñas.

¿Qué hacemos Sumario?
Que el Anselmo los entretenga decía.
Y entre el túmulto de gritos, una manito se levanto por entre todas las jóvenes cabecitas diciendo: ¿Señor, señor, le podemos hacer unas preguntas mientras esperamos?

Pues claro, que si. Pero hagamos una y una pregunta. Una de ustedes, nosotros le contestamos. Una de nosotros y ustedes nos contestan.

Nos preguntaron de todo, y analizaron completamente la función, el porque de los personajes, las salidas las entradas de cada uno de los títeres, sobre las técnicas de manipulación. Sobre porque hacíamos teatro, porque viajábamos. Preguntas que nunca antes nos habían hecho.

Nos toco a nosotros preguntar…
¿Ustedes creen que nuestra obra es violenta, porque hay garrotes y los títeres se pelean tanto?
Una mano grandota, grandota, grandotota se levanto. Y una voz contesto: usted señorita maestra no puede opinar, solo los niños. Vimos como la señora nos miro, nos izo cara de gruñir, pero no hablo.

Un joven de unos once años, levanto su mano, para contestar y nos dijo: No es violenta, nosotros no somos entupidos, lo que ustedes hacen es teatro.

MOMENTO DE DISFRUTAR, MOMENTOS DE SEGUIR EL RUMBO:

Después de tantas funciones, en la sala en el campo, hasta un debate en la universidad, de compartir almuerzos y cenas, de estar mas que cuidados, mimados. Nos teníamos que ir, seguir caminando, rodando y gastando las ruedas de nuestra antorcha. Pasamos hermosos he inolvidables momentos en la playa, en las cocinas, en los talleres, en cada uno de los instantes que vivimos en la hermosa ciudad de Eunapolis.

Solo quedan los agradecimientos a la comunidad de Viola do Bolso, solo queda en lo mas profundo de nuestros corazones los instantes infinitos de tanta hermandad y de tanta solidaridad hacia nos.

EL VIAJE DEL SIGLO:

Así como la Adriana, la Amandita, el Victorino, la Giobana, el Limeño Virreinal del Ruddy Castillo, se subieron a la antorcha, para recorrer un trayecto de la gira, en este caso fue la Carola.

Se subió nomás la compañera artesana.
No se puso celosa la antorcha no fue como la trato a la Adela de Ecuador que cada vez que ella subía la hacia empujar. Esta vez parece que le cayó bien la tipa artesana.

Y viajamos, viajamos, viajamos.

Pasamos por Río de Janeiro, llegando a Sao Paulo.

CULMINANDO BRASIL:

No se preocupen ya esta terminando la lectura, llegamos a una ciudad que es la Primera en población de America, mucha gente, muy grande, muy como les podemos decir muy grande, grandotota.

Cuando nos queríamos escapar de ella, nos encontraros los amigos mamolengueros y cirqueros de Abacirco, el Payaso Carlon, el famoso y cariñoso Nino y Paty, una familia especial con los que compartimos mucho mas que una función. Momentos de charlas, momento de encuentros, momentos de indescriptibles bellezas, así como lo es la hermosa familia que nos recibió.

Recordando cada rincón del hermoso Brasil desde Caracarai, Boa Vista, Manaus, el Gran Río Amazonas, Belén, Timo, Prai do Forte, Arembepe, Ambasai, Salvador, Itacare, Eunapolis, cada kilómetro recorrido nos trae a la memoria unos bellos recuerdos,

¡Brasil lo mas grande del mundo!

Y ahora en Paraguay, que contarles de paraguay, un país enigmático, hermoso para conocer, en estado de ebullición permanente, con la juventud en pleno desarrollo político, construyendo esperanzas, sueños para un mejor vivir.

Paraguay con su Guarini, con su cultura y su identidad que se esta encontrando lentamente con su pueblo, que grita a los cuatro vientos sobre su bella existencia, momentos intensos hemos vivido, pero esos serán plasmados en palabras en la próxima crónica.

Continuara…

Nicolas
Sebastian
Títeres del Zonda

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